Nos hicimos compañeros de vida
para recorrer el viaje juntos;
para cargar juntos nuestras penas
y para multiplicar nuestros gozos.
Nos hicimos compañeros de vida,
sí, porque el sexo que tenemos es delicioso,
pero eso es lo de menos;
lo importante era poder transitar juntos
los pasajes oscuros del camino
con alguien en quien confiar plenamente,
con alguien que sabes que no te dejará solo.
Nos hicimos compañeros de vida,
porque contigo puedo ser “yo” plenamente,
sin usar máscaras y sin temer juicios;
y tú también puedes ser “tú” con plena confianza,
sabiendo que no hay nada de ti que yo no acepte.
Nos hicimos compañeros de vida
para tener un testigo
de nuestro paso por este mundo;
de nuestros logros y nuestros gozos,
y para tener un compañero
en nuestras batallas y nuestras derrotas.
Nos hicimos compañeros de vida,
porque después de tantos años,
te sigues riendo de mis chistes,
y yo aún te consuelo cuando lloras
y porque cuando caminamos tomados de la mano
después de tanto tiempo,
todavía me siento
el hombre más afortunado del mundo.
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