Encontrarán siempre un camino
dos almas que quieren estar juntas.
No importarán distancias, ni husos horarios,
ni tareas, ni trabajos, ni familias,
ni amigos, ni enemigos.
El amor verdadero es como el río
que va encontrando su camino al mar,
a través de bosques y montañas.
Nada lo detiene, y aunque se desvíe,
inevitablemente llega a su destino.
No existen los pretextos,
para amores verdaderos,
solamente existen proyectos,
para crearse caminos duraderos.
Evita a las personas que tienen un pretexto
para cada una de tus propuestas;
que tienen un problema,
para cada una de tus soluciones.
Y guárdate para la persona que esté dispuesta,
a recorrer contigo el camino
sin importar lo empinado de la cuesta.
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