Vengo a recoger mis besos.
No. No me hables.
Solamente devuélveme mis besos,
que vengo por todos:
Los que te di cuando estaba enojado;
Los que te di cuando estaba contento;
Los que te di en el parque, en el cine, en la calle, en mi coche, en el tuyo, en la casa de tus papás, en la casa de los míos, en nuestro departamento, en la playa de vacaciones, en el autobús y en el avión…
Los que te di cuando hacíamos el amor…
¡Sobre todo los que te di cuando hacíamos el amor!
No, no discutas,
que esos besos son míos;
yo los hice, me pertenecen,
y ahora te toca entregarlos.
No te guardes ni uno solo.
entrégamelos todos.
No es que piense gastarlos en otro lado,
solamente pienso conservarlos
para recordarte siempre.
Y te aviso
de una buena vez
que otro día
regreso por mis caricias,
para que me las tengas listas.
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