Sea para nosotros el amanecer, amor,
que sea nuestra la mañana plena.
Que se harte el mundo entero
de nuestros besos
y de nuestras caricias.
Pasa el día,
aquí,
en la cama,
conmigo, amor.
Que nos vea el sol hacer el amor otra vez
y se pregunte, asombrado,
si no tuvimos suficiente, anoche.
Separa las piernas, cariño
y que entre la luz de la mañana
por tus partes más privadas
al mismo tiempo
que te van
haciendo mía
mis besos.
Descubre tus senos, mi cielo
y déjalos a merced
del frío rocío de las flores del alba,
y de mi boca,
también fría,
que planea reclamarlos completos.
Sea para nosotros el amanecer, amor,
que sea nuestra la mañana plena.
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