Fuimos
ese tipo de poesía
que se escribe entre las sábanas de un hotel de paso
con la tinta del sudor de los cuerpos que se empalman.
Fuimos esos versos
que se pronuncian entre gemidos
mientras yo me perdía dentro tuyo
y tú apretabas mi sexo con el tuyo
mientras mordías mis labios, en un beso.
Fuimos esos cuerpos
que se deleitan tratando de acomodar
un millón de posiciones prohibidas
en las cortas horas de una tarde
en la cama
en el sillón
sobre la mesa
contra la puerta
en el jacuzzi
en la regadera
en el discreto garage abajo del cuarto
y en las escaleras, antes de llegar a la puerta del cuarto…
Y hoy
no somos ni un vivo recuerdo…
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