Si yo hubiera alcanzado a entender
que era un mal olvidador,
no me hubiera apresurado a tener,
ni a sentir por ti, tanto amor.
Y es que soy malo para olvidar.
Malo para olvidar tus besos
y tus abrazos.
Malo para olvidar tus sonrisas
y la suavidad de tus manos.
Pésimo para dejar de recordar
cómo te veías sin ropa,
cómo me sabías besar
y cómo sabía tu boca.
Pero en mi inocencia
pensé que te olvidaría fácilmente
y ahora nado en la demencia
de no poder sacarte de mi mente.
Leave a Reply