Te perdono
todo aquello que no fuimos y
todo lo que jamás hicimos.
Te perdono
las fantasías
que nunca hicimos realidad.
Te perdono las promesas incumplidas,
los encuentros frustrados y
las tardes mal vividas.
Te perdono los besos que faltaron,
las caricias tibias
y las noches separados.
No te perdono porque he olvidado
ni porque lo que pasó haya estado bien.
Te perdono
para dejar atrás
el pasado y el dolor
para que no me rompan el alma;
para dejar de ir por el mundo
contagiado de miserias;
para no arruinar más
mi gozo por la vida.
Te perdono
para dejar de sabotear mi presente,
para abrirme las puertas al futuro.
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