Nos hicimos amantes

Nos hicimos amantes
porque no nos daban para más
las reglas de este mundo…

Porque los puestos de marido y mujer
ya estaban ocupados…

Porque no podían ya nuestros cuerpos
sudar separados…

Porque nuestros deseos
ya habitaban una misma cama
y porque nunca pensamos
que amar y desear con tantas fuerzas húmedas
fuera pecado.

Porque el contoneo de tus caderas
cuando salías de mi oficina
ya me estaba volviendo loco…

Y porque las blusas escotadas que te ponías,
para inclinarte sobre mi escritorio
(y sin sostén)
fueron por demás convincentes.

Nos hicimos amantes
porque la primera vez que
estiré las manos
para tocar tus senos
en tu oficina, cerraste un momento
los ojos para disfrutar de mis caricias,
pero luego los abriste
para besarme en la boca.

Nos hicimos amantes
y nos dedicamos
a decorar nuestra vida
de besos y caricias furtivas,
entre miradas cómplices
y susurros culpables.

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Un blog de poesía romántica y erótica