Qué delicia y qué maravilla
es la mirada de una mujer
que mira al hombre
del que está enamorada.
La mirada de una mujer enamorada
descubre virtudes ocultas y
encuentra caminos
donde otros solamente ven imposibles.
La mirada de una mujer enamorada
brilla con la fuerza de mil soles y
ríe con la intensidad de un millón de tormentas.
Ilumina las noches más oscuras,
aleja las nubes de lluvia,
hace crecer los cultivos
y alimenta de ternura y cariño
a todos los que tienen la suerte de estar cerca.
La mirada de una mujer enamorada
hace aún más brillantes las mañanas
de verano del pueblo donde nací
y donde juntos, tomamos café de olla.
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